Fueron ocho los vendedores estacionarios, que se ubicaban en la entrada del Muelle, los que trasladó la Alcaldía de Puerto Colombia, de manera provisional, hacia la plaza principal, para poner en marcha el proyecto de reconstrucción.
Fuente: Elheraldo.co
Fueron ocho los vendedores estacionarios, que se ubicaban en la entrada del Muelle, los que trasladó la Alcaldía de Puerto Colombia, de manera provisional, hacia la plaza principal, para poner en marcha el proyecto de reconstrucción de la emblemática estructura.
Después de muchos intentos, el Muelle luce despejado, listo para recibir la maquinaria pesada y a los trabajadores que recuperarán sus 200 metros.
El trabajo de cerramiento, que evitará el paso de pescadores, turistas y habitantes, es la primera acción que ejecutarán los obreros, para luego iniciar la intervención de la estructura.
“Estamos esperando que el contratista traiga a la empresa subcontratada que se hará cargo del tema del cerramiento”, afirmó Any González, secretaria de Turismo de Puerto.
La veeduría a cargo de estas obras había mencionado que los trabajos físicos del muelle debían empezar dos meses después de la firma del acta; es decir, en abril. Sin embargo, ya estaban a punto de cumplirse los tres meses y no se veía intervención en la estructura.
La Alcaldía explicó que la ocupación del espacio público por cuenta de los vendedores, no permitía darle paso a la maquinaria pesada.
“La administración ya cumplió. El sábado se hizo el traslado voluntario de los negocios que se ubicaban en el sector de influencia del Muelle, liberando el espacio de la entrada. En ese sentido no hay nada que impida la ejecución de las obras”, señaló la secretaria.
La firma del acta de inicio de obras del Muelle se oficializó el 18 de febrero, a partir de ahí se empezaron las adecuaciones previas del proyecto, como el levantamiento de las actas de vecindad, el plan de manejo de tráfico y los estudios topográficos, según lo explicó Fontur.
Sobre el proceso de desalojo, la Alcaldía de Puerto manifestó que Edubar primero se ocupó de los grandes negocios y que por eso se tardaron en avanzar con la reubicación de los más pequeños en una zona que les ofreciera garantías.
“Ya hemos perdido bastante tiempo, porque se nos juntaron dos proyectos: la ampliación de la plaza y la recuperación de los 200 metros del Muelle”, señaló González.
Proceso de negociación
Cuatro puestos de ostrerías, dos de artesanías y dos dulcerías con más de 20 años, según sus propietarios, entraron en un proceso de negociación con la administración municipal.
Los comerciantes dicen que deben ser incluidos dentro del plan de ampliación de la plaza y recuperación del Muelle.
“Queremos ser tenidos en cuenta dentro del proyecto, que se valore nuestra trayectoria y que nos devuelvan nuestro espacio cerca al mar”, dijo Elizabeth Acosta, vendedora en una ostrería.
Franklin Orozco, es otro de los vendedores reubicados en la plaza, él dice que no se opone “al desarrollo y a los cambios del municipio”, pero que se debe reconocer el trabajo que ellos han hecho por el turismo de Puerto.
Mientras tanto, Emilia Castro sostiene que si las condiciones no mejoran, prefiere recibir una indemnización. “Este negocio es nuestro sustento diario y nos preocupa que se sigan disminuyendo las ventas”.
Mientras se termina la integración de la plaza principal con el muelle, la Alcaldía está adecuando los puestos de estos pequeños comerciantes, con carpas y con los servicios públicos que requieren para su funcionamiento.